Bote de melocotón a M. Carmen Seva

Ya hace algunos años, cuando la salud de nuestro querido José Ramón se vió sorprendida por un grave golpe, le escribía una entrada en la que narraba algunas vivencias de mis enfermedades infantiles, y recordaba con sumo placer, por la importancia que de adulto llegué a otorgar al hecho, el bote de melocotón en almíbar que las visitas te entregaban como presente y que terminaba recorriendo las alacenas de las casas del pueblo ya que, si no lo llegabas a consumir, pasaría a ser regalo a llevar a otra persona enferma.

Ese exiguo presente se convertía en elixir de salud que, de manera ininterrumpida, viajaba envuelto en papel de estraza y se reencontraba con viejos conocidos en las estanterías de las alacenas. El nuestro, nuestro bote de melocotón, ya pasó por varias de nuestras inexistentes alacenas, reconvertidas en simples muebles de cocina; ya sirvió para que mejorara la salud de algunos y algunas de nuestros compañeros y compañeras.

Hoy, día en que vuelves a casa y dejas el hospital para encontrarte con tus cosas, con tu ambiente, con la intimidad de los tuyos, quiero ofrecerte, en nombre de todo el personal de nuestro centro, y por supuesto del alumnado, este bote de melocotón para que sientas una pronta mejoría, comiences tu tratamiento con el mejor ánimo posible y te recuperes cuanto antes para poder tenerte pronto entre nosotros. Y es que... ¡se te echa mucho de menos! y cada vez que entramos en secretaría notamos la ausencia de tu trato afable , de tus cariñosas palabras, de esa disposición tuya a ayudar a todo el mundo...

Siente con este bote de melocotón los besos y abrazos de tod@s nosotr@s.