domingo, febrero 04, 2007

Alcestis VII: Feres y Admeto


ADMETO

Entra en palacio, Heracles, y descansa. (al corifeo) Dispón el baño , comida, bebida y cama para nuestro huésped.

CORIFEO (hombre)

Descuida, daré las órdenes. Veo a tu padre, Admeto. Creo que llega con ofrendas para el entierro de tu esposa.
(sale con Heracles y llega Feres)

FERES

Vengo a acompañarte en tu desgracia, hijo. Has perdido una noble y prudente esposa, nadie lo pone en duda. Pero hay que soportarlo, por duro que sea. Ahora hemos de cuidarnos de que su cuerpo reciba las honras adecuadas, tanto por su alto rango como por su excelente conducta, que incluso enaltece a todas las demás mujeres. Quiero dar mi último adiós a aquella que ha salvado la vida de mi hijo. Suerte has tenido de hacer un matrimonio semejante.

ADMETO

Nadie te ha dado vela en este entierro, ni siquiera te consideramos familia. Tenías que haberte presentado para ofrecerme tu ayuda cuando estaba yo a punto de morir. Pero no, te has quitado de en medio y has consentido que muera una persona joven, tú, que ya eres un viejo. ¿Te puedo considerar en verdad mi padre? Y en cuanto a mi madre, ¿es la que dice haberme dado la vida? No debo ser hijo vuestro en verdad. ¿En qué camino me habéis recogido?
Cobardes, cobardes los dos, que ya con el pie en la tumba no habéis querido hacer el sacrificio que al final ha hecho una mujer extraña a nuestra sangre, pero que es en verdad a la que debo ver la luz del día, aunque esta luz me ciegue.
Habrías permanecido en la memoria de los hombres.
Yo era feliz con ella, hubiéramos sido felices muchos años todavía. Ella habría visto crecer a sus pequeños.
Ahora tengo que pasar solo el resto de mi vida, recordándola. Tú, en cambio, has tenido una buena vida, has disfrutado de cuanto un hombre puede gozar. Fuiste rey como yo, en la flor de la edad, tuviste un buen hijo a quien entregar el trono, que no te deshonró. ¿Por qué condenarme a muerte? Ya puedes darte prisa en tener otros hijos que alimenten tu vejez, que celebren tus honras fúnebres cuando corresponda. No serán mis manos las que te entierren, hazte la idea de que no tienes hijo. No sé por qué los viejos se quejan tanto del peso y cansancio de la vida. A la hora de la verdad, ninguno quiere morir, la vejez deja de ser esa supuesta carga.

CORIFEO

Admeto , basta ya con la desgracia que tenemos. No te ensañes con tu padre.

FERES

Hijo mío, ¿por qué has de maltratarme así con tus injurias. No soy un desconocido para ti ni para ninguno de los que nos escuchan. Te has insolentado demasiado, pero ahora vas a tener que oírme. Yo te engendrado y te he criado para que seas rey de esta tierra y señor de esta casa, pero no es mi deber morir en tu lugar. Yo no he recibido esta ley de mis padres, en ninguna parte está escrito que deban los padres morir en lugar de sus hijos, no es griega esa costumbre en todo caso. Tú has nacido para ti solo, seas feliz o desgraciado. Tienes ya todo lo que de mí debías recibir. Amplio es tu dominio y te he de dejar aún tierras extensas, de la misma manera que antes las recibí de mi padre. ¿En qué te he faltado? ¿Te he privado de algo? Ni tú tienes que morir por mí ni yo por ti. Disfrutas de la vida. ¿Crees que tu padre no disfruta también de ella? Muy largo es el trayecto tras la muerte, muy largo el tiempo bajo tierra, demasiado corta en cambio la vida y... ¡tan agradable!... Tú has luchado a brazo partido con la muerte, sí, sin ninguna vergüenza. Si quieres que te lo diga claro, tú has matado a tu esposa. ¿Me acusas a mí de cobardía cuando tú has sido el mayor de los cobardes? La única valiente aquí ha sido ella, la mujer que ha muerto por ti, Alcestis. Puedes alargar así tu miserable vida para siempre, consiguiendo mujeres que den la vida para continuar la tuya, una tras otra. Mujeres valientes como esta. ¿Cómo puedes echarnos algo en cara a los demás? Cállate por lo menos, piensa que si tú amas tu propia vida, lo mismo nos sucede a todos. Nadie sino tú merece injurias. Nadie merece alabanzas sino ella.

ADMETO

No es lo mismo que muera una persona anciana que una joven. Morirás con mala fama, cuando mueras.

FERES

No me importa la fama, una vez muerto. De hecho, a ti no te importa ni siquiera vivo. He aquí al hombre que consintió en que su esposa muriera por él. Anda, pretende a muchas, para que mueran más. Ha sido la tuya una gloriosa hazaña. No creo que pases a la posteridad como un gran héroe.

ADMETO

Anda, vete. Déjame enterrarla.

FERES

Me voy, sí. Tú que la has matado has de ser quien la sepulte. Y pagarás, supongo, el daño a sus parientes. Quizás lleguen incluso con afán de venganza. Y puede también que tú no tengas intención de cumplir con esas mínimas obligaciones.
ADMETO

¿Es que piensas seguir ofendiéndome? ¿Cómo voy a descuidar las honras que mi mujer merece?

FERES

No me refiero a eso, sino a algo más que muchos pensamos pero que nadie se atreve, por lo visto, a decirte.

ADMETO

¡Habla ya! ¿A qué te refieres?

FERES

A que quizá has soñado tú ese trato que hiciste con los dioses. A que quizá no fuera Apolo ese joven que sirvió en tu casa. Los dioses se mezclan con los hombres solamente en las leyendas. Y hay muchos mortales dispuestos a aprovecharse de la buena fe y las riquezas de los incautos.

ADMETO

No sé qué quieres decir. Vete, por favor, idos lejos tú y la que contigo vive. No pongáis más el pie bajo mi techo. No conformes con haberme negado la ayuda que os pedí, propagáis sospechas y engaños. Vamos, amigos míos, ayudadme a concluir el funeral.

FERES

Me voy, hijo, no te molesto más. Pero si crees que esto es idea mía o lo digo por crear inquietud en tu ánimo, pregunta a tu amigo Heracles. Él conoce las intenciones de los dioses mejor que todos nosotros, pues su padre es uno de ellos. Sabe él también que los inmortales no premian precisamente a los que dan muerte a la propia esposa. Sé que ha llegado a estas tierras y ha entrado como huésped en tu palacio. Pregúntale, ya que es tu amigo. (mutis)

1 Comentarios:

Blogger Ana Echarri dijo...

Meli el propio Eurípides debe sentir envidia por tu fantástica versión de Alcestis.
¡Felicidades!

2/04/2007 10:53 p. m.

 

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