PAISAJE CON RUINAS GRIEGAS

Este es el lugar por donde pasó
Aquel que hace que la tierra tiemble
Que cimbrea las jambas
Y derriba el orgullo.
Ojalá nunca descubras quién eres.
Aquel que desequilibra la balanza
Y rompe la medida.
Ya solo queda el solar del que fue el teatro
Donde mil veces murieron los labdácidas.
Quién tiene más triste historia,
Quién la tiene.
Extraña colonia de espíritus suicidas
Inmolados en aras de la gloria
Dudosa de su horrible sino.
Se diría que es el sol más inclemente ahora
Con estas pobres ruinas
De lo que antaño fue
Con el mármol reluciente.
Pero es igual, solo que
-oh espectáculo desgarrador-
corren los lagartos por las columnas vencidas
y los hierbajos brotan sin cuidado
en los quebrados intersticios de la piedra
-ciertamente desde la cuna arrastro
esas vergonzosas cicatrices-.
Únicos espectadores de la tragedia última:
El silencio, La lápida.
Oh, luz, por vez postrera
mis ojos te contemplan.
Solo falta que el viento silbe cruel,
Metáfora de la risa burlona de los dioses.
Aun envuelto en tinieblas reconozco su voz.
Este es el lugar por donde pasó
Aquel que hace que la tierra tiemble
El que al final sitúa todo en su lugar correcto:
A ras de tierra,
De bruces en la tierra.
El mármol,
Las columnas,
Los sueños desmedidos del labdácida.
Allí están, un muerto junto a otro.
De bruces en la tierra
Es más sensible el tacto.
Las manos que quisieron amontonar montañas
Desbaratan sin pensar
un nido de pequeñas alimañas,
De arácnidos blanquecinos
Como células desprendidas de la piedra.
De bruces en la tierra
Como antaño estuvo aquel mortal
Aborrecido por los dioses.
El único que no tuvo entre ellos
Ni defensor de oficio.
De bruces
Vio llegar la negra pesadilla.
No esperaban limosna sus manos ahuecadas.
Solo misericordia y paz.
Por fin te ha encontrado el tiempo,
El que lo ve todo.

Texto de Amelia San Martín, sobre EDIPO REY, de Sófocles